El Parque Cultural Sierra de Gata se abre al mundo como un proyecto de compromiso y unidad de todos sus habitantes

Madrid-. La implicación de las administraciones, como la de la Diputación de Cáceres y de la Junta de Extremadura, ha ayudado a que el proyecto elaborado por los serragatinos y serragatinas como es el Parque Cultural Sierra de Gata sea ya una realidad. Así lo ha puesto de relieve la presidenta de la Diputación de Cáceres, Rosario Cordero, durante la presentación del Parque en el stand de Extremadura en la Feria Internacional de Turismo (FITUR), que se celebra estos días en Madrid.
El Parque Cultural Sierra de Gata “surgió de los ciudadanos y las ciudadanas del territorio, a través de su Grupo de Acción Local, su Mancomunidad, sus asociaciones… pero ha estado parado porque no había ningún compromiso por parte de las administraciones; ha sido con los nuevos equipos de Gobierno como se ha podido dar un empujón hasta llegar a firmar el protocolo hace unas semanas”. Cordero ha manifestado que “este Parque viene a comerse el mundo, a mostrar unos recursos que son únicos y auténticos, desde sus recursos naturales, su patrimonio o su gastronomía hasta su Fala”, lo que a su juicio redundará en el desarrollo de la comarca, la atracción de visitantes y el asentamiento de la población.
La presidenta ha señalado este proyecto como un ejemplo a seguir tanto en por la unión de todos los habitantes como por la interrelación de los recursos con que cuenta la comarca. Una apuesta por el desarrollo y el turismo sostenible, recordando que el año 2017 se celebra el Año Internacional del Turismo Sostenible.
En el stand de Extremadura se ha podido ver una enorme afluencia de público, así como la presencia de los directamente implicados en el Parque Cultural, como el director general de Turismo de la Junta, Francisco Martín; la consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, Begoña García; la presidenta de la Mancomunidad, Rocío Pérez; la presidenta de Turisgata, Caridad Hernández; el presidente de Arigata, José Luis Clemente, y el presidente de la Asociación somos Sierra de Gata, José Miguel López, además de alcaldes y alcaldesas de la zona, lo que mostraba el trabajo en conjunto que se está llevando a cabo.
Precisamente, el director general de Turismo destacó como conceptos claves el compromiso y la unidad, compromiso con la tierra y compromiso con su gente, algo que, sin duda, redundará en “un desarrollo y un progreso” no lejano. En este mismo sentido se ha manifestado José Luis López, de la Asociación Somos Sierra de Gata, que está convencido de que se trabaja en la dirección adecuada para “crear un entorno no solo destinado a atraer turismo, sino a crear puestos de trabajo y a asentar la población”.
También los representantes empresariales han querido dejar claro el compromiso del sector empresarial “para el empuje de todo un territorio”.
El compromiso
El trabajo de años por fin se vio refrendado con la firma, el pasado mes de diciembre, del protocolo del Parque Cultural Sierra de Gata, un protocolo que establece que las entidades impulsoras son conscientes de la singularidad del acervo cultural que la historia ha conferido a la comarca de la Sierra de Gata, de la necesidad de conservar dicho acervo bajo una estrategia común y de la conveniencia de proyectarlo en el futuro mediante una planificación de desarrollo sostenible.
Por este motivo se llevó a cabo la firma del protocolo con el que arranca el Parque Cultural Sierra de Gata y con el que se pretende definir las actuaciones de impulso a la Sierra de Gata como Parque Cultural.
Las entidades firmantes se comprometen a dotarlo de una estructura de gestión participativa, e implicarse en la conservación de sus recursos patrimoniales históricos, filológicos, arquitectónicos, culturales, agrícolas, etnográficos y naturales. Para ello impulsarán la realización de acciones de conservación, intervención científica y educativa y desarrollo económico sostenible que permita al Parque Cultural Sierra de Gata proyectarse social y económicamente en el futuro.
También consideran que es la figura de Parque Cultural la más acorde a las pretensiones de Sierra de Gata ya que define a un territorio en el que confluyen elementos patrimoniales y culturales de alto valor, integrados en un entorno físico de relevancia ecológica y/o paisajística singular, donde se pretende la promoción y protección global en su conjunto.
Valores patrimoniales:
Los espacios naturales de la Sierra de Gata: Los parajes conformados por sierras y valles que conservan hábitats de alto valor para la biodiversidad y los paisajes antrópicos de montaña marcados por la agricultura tradicional, la ganadería y la explotación forestal.
La arquitectura civil y monumental: De un lado la arquitectura tradicional de las viviendas, las casas fuertes y solariegas y la conformación de los pueblos y de otro los edificios defensivos y religiosos que salpican la sierra de castillos, almenaras, ermitas, iglesias.
Los elementos intangibles de la cultura y la aportación a las ciencias y a las letras: La fala de Valverdi du Fresnu, As Ellas y Sa Martín de Trevellu, las fiestas locales y tradicionales y las manifestaciones populares y religiosas. Las ciencias y las letras en la Sierra de Gata. Debe considerarse igualmente la aportación de las relaciones transfronterizas a la cultura de la Sierra de Gata.
Los productos elaborados en la tierra. Aceite, quesos, miel, dulces, setas y la gastronomía asociada a estos productos y al cabrito son característicos de la Sierra de Gata. Igualmente la artesanía con los encajes de bolillo, la forja, trabajos en cuero y madera o la sillería.
La huella de la interacción de la sociedad en la historia y con el medio físico: Marcada en los senderos empedrados, zahurdones, chozos, tenadas, pajares, fuentes, puentes, majadas, y figuras similares, así como también por los vestigios de culturas pasadas tales como las estelas, dólmenes, ruinas o inscripciones.
Principios de actuación
En el desarrollo de las actuaciones objeto de este Protocolo, resultarán de aplicación los siguientes principios de acción:
- El Parque Cultural se conforma con los recursos patrimoniales tangibles e intangibles de la Sierra de Gata y con la sociedad representada en las instituciones que firman el compromiso de velar por su desarrollo.
- Los poderes públicos con competencias atribuidas en el marco de la Sierra de Gata manifiestan su compromiso para conservarlo, conocerlo, ampliarlo, investigarlo y transmitirlo a la sociedad, a sus visitantes y a las siguientes generaciones.
- La conservación del patrimonio pasa por su mejor conocimiento y comprensión. El Parque Cultural ha de estimular la investigación sobre todos los ámbitos patrimoniales que ha declarado, de manera que los nuevos conocimientos acrecienten su valor y se difundan en todos los canales, científicos, educativos, sociales, turísticos o de otros sectores económicos en los que ese valor puede ser respetuosamente aprovechado.
- El patrimonio de la Sierra de Gata debe ser fuente de desarrollo social y económico. Debe ser el instrumento que estreche los lazos entre sus poblaciones y sus pobladores y fuente de iniciativas sociales y económicas. Las organizaciones empresariales y demás entidades que se incorporen con posterioridad a las intenciones fijadas en este Protocolo deberán comprometerse a gestionarlo con pautas sostenibles transmitiendo a sus clientes el valor que representa e implicándolos en su disfrute, en su conservación y en su difusión fuera de su territorio.
- El patrimonio de la Sierra de Gata debe ser un referente en el hecho educativo. Su amplitud es el mejor ejemplo para explicar la historia de la Tierra y de la sociedad que ha transformado el paisaje con sus prácticas sociales y económicas. Su transmisión mediante estrategias de educación formal y no formal será una ocupación permanente del Parque Cultural.
- El Parque Cultural asume como propios todos los principios emanados de organizaciones que velan por la cultura y el desarrollo sostenible como la UNESCO y se compromete por ello para la acción en un marco que proteja principios como la paz, la cohesión social, la igualdad de género y la puesta en valor del patrimonio que permita el desarrollo de la Sierra de Gata.
Planes de Acción
La colaboración de las instituciones firmantes se explicitará en Planes de Acción que tendrán la siguiente estructura:
Programa científico y de conservación del patrimonio. Se incluirán aquí todas las propuestas ligadas a mejorar el conocimiento científico de los recursos patrimoniales, a la difusión de ese conocimiento, a las pautas para su conservación o a las indicaciones para su correcta interpretación. Igualmente, se estudiarán las posibles actuaciones de inversión en recuperación y mantenimiento del patrimonio.
Programa educativo. Incluirá las acciones para el desarrollo del Parque Cultural en la comunidad educativa de la Sierra de Gata. Tendrá una finalidad de acercar los recursos patrimoniales a los centros educativos constituyéndose por tanto en la primera estrategia de conservación. Podrá incluir propuestas para la redacción de unidades didácticas, material pedagógico, itinerarios educativos, talleres de formación o actualización para profesores, talleres con alumnado y otras de esta naturaleza.
Programa social y de comunicación. Incluirá propuestas de mantenimiento de la participación y de la construcción social del Parque Cultural. También propuestas de actividades sobre los recursos, semanas conmemorativas, jornadas, talleres y otras similares. Debe incluir la construcción de canales de comunicación en diversos soportes.
Programa de desarrollo turístico. Incluirá la definición de las actuaciones de coordinación y cooperación en el seno de la programación y ejecución de planes de promoción turística, formación del sector y ordenación de los recursos turísticos del Parque Cultural
Programa de gestión del Parque Cultural. Contendrá la definición sobre la estructura de gestión y sus procedimientos.
El desarrollo del Plan de Acción se realizará de manera conjunta y complementaria por las instituciones participantes, tendrá una programación anual, en correspondencia con los ejercicios presupuestarios de las Administraciones Públicas.
La vigencia del protocolo es de cuatro años, prorrogable por otros 4 años por acuerdo de las partes, para el desarrollo de un nuevo Plan de Acción.