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Francisco Etxeberria, Premio Conchita Viera: “Nunca podré declararme neutral si se trata de derechos humanos”

 
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La Diputación de Cáceres concede este primer premio que lleva el nombre de la hija de uno de los asesinados por la represión franquista. El presidente Miguel Ángel Morales ha reiterado su compromiso de “no parar, desde la paz, la tranquilidad y la concordia, de buscar la justicia, la paz y la reparación”.

23/05/2024, Cáceres.- “Ahora ya sí puedo morir tranquila”. Son palabras que Conchita Viera pronunció cuando, tras 82 años, encontró el cuerpo de su padre, Amado Viera, en la Mina Terría, junto con 47 cuerpos más de hombres asesinados por la represión franquista. Y son palabras que este jueves de alguna manera han vuelto a resonar en la gala del primer premio que lleva su nombre, Premio Conchita Viera, un galardón creado por el Servicio de Memoria Histórica de la Diputación de Cáceres para reconocer el trabajo en pro de la memoria y contra el olvido.

Ha sido en un acto lleno de emoción, en el Auditorio del Complejo Cultural San Francisco, en el que se ha desvelado el nombre del galardonado en esta primera edición: Francisco Etxeberria, antropólogo y médico forense reconocido internacionalmente, que ha trabajado en numerosos proyectos de exhumación de fosas comunes. El presidente del jurado, el historiador e investigador Julián Chavez, ha destacado la unanimidad a la hora de decidir el nombre del galardonado, valorando, además de su historial académico y científico, “su valor como persona comprometida no solo en palabras sino en hechos”, que se puede resumir en frases pronunciadas por él mismo y que Chaves ha querido recordar: “Hubo un día en que me hice mayor y dejé de mirar para otro lado”.

Ante un auditorio repleto, y la presencia del secretario de Estado de Memoria Democrática del Gobierno de España, Fernando Martínez López; el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Morales, además de miembros de la corporación provincial y de otras autoridades de la región, Francisco Etxeberria ha agradecido este reconocimiento que lleva el nombre de una mujer “a la que no puedo más que tener respeto y admiración”, un premio que hace que “los informes fríos que nosotros hacemos se transformen y se puedan transmitir”. En su intervención, y haciendo referencia a la frase mencionada por Chaves, recordó cómo desde su trabajo como científico, como forense, en un momento “me pregunté si podía mirar hacia otro lado y no podía, porque en el trabajo siempre se dice que debemos ser objetivos, imparciales, pero no podía declararme neutral si el problema tenía que ver con los derechos humanos”.

Y ese posicionamiento ha llevado a Etxeberria, junto a muchos otros equipos, “porque esto no es un trabajo individual”, como ha incidido, a “recuperar hasta ahora 12.000 esqueletos, y aún queda mucho trabajo. No podremos encontrar a todos, pero los estamos buscando y no pararemos”.

Por su parte, el secretario de Estado ha agradecido el trabajo que está haciendo la diputación y la creación de un premio como este especialmente en un momento como el actual, ha dicho. “Un orgullo como secretario de Estado de Memoria Democrática del Gobierno de España estar presente en este acto: un acto de dignidad, un acto de memoria, un acto que sigue fundamentalmente uno de los grandes principios de la Ley de Memoria democrática que es el deber que tenemos de memoria»

El acto, presentado por la periodista Inmaculada Montero, ha tenido también una banda sonora y una coreografía muy especial, queriendo ser en su conjunto un homenaje a aquellos hombres y mujeres que sufrieron la represión franquista y a aquellas familias que quedaron envueltas y sepultadas por el silencio. Arrancaba, así, la ceremonia con el número de baile titulado “Viajes a la memoria”, con alumnas del Conservatorio Elemental de Danza de la Diputación de Cáceres, inspirado en las mujeres exiliadas de la guerra civil, mujeres marcadas por la tragedia y el olvido.

También se han podido escuchar piezas como “Al Alba”, “Adiós mi España querida” en voz de Míriam Cantero, acompañada al piano de Antonio Luis Suárez, o el sonido de “El emigrante”, “Las última noche” y “Anda jaleo, jaleo”, de la mano de la Banda de la Diputación de Cáceres.

Sonido que ha acompañado al homenaje que se ha querido rendir a Conchita Viera, quien, de manos del secretario de estado y del presidente de la diputación, recogía un ramo de flores y una escultura, una representación de la mina en la que fue hallado el cuerpo de su padre, junto a 47 cuerpos más. Conchita Viera. Tras más de cinco minutos de aplausos, Viera se mostraba emocionada y manifestaba su agradecimiento: «Mis pobres palabras que sean para agradecer, mostrar mi agradecimiento por la deferencia, agradecimiento a la Diputación de Cáceres, presidente Miguel Ángel Morales, por este premio que lleva mi nombre. Gracias, queridos amigos, que, una vez más, con vuestra presencia, rememoráis en mí el recuerdo de mi padre, al que con sus compañeros le distes vida y honor, vida a tantas personas que tantos años estuvieron en silencio … “.

Su padre, Amado Viera, ha estado presente, sin duda, en este acto, en el que se ha podido ver la reproducción de su gafas, halladas también en la fosa de la mina Terría, en la obra que, como galardón, se ha entregado también al premiado: una escultura realizada con madera de olivo y latón, representando la boca de acceso a la mina Terría, y en la que se han grabado los nombres de las 48 personas asesinadas y enterradas en este lugar. Como remate, en la cúspide, la reproducción de las lentes con las que Amado Viera aparece en una de las pocas fotografías que se conservan de él.

Conchita Viera en su intervención ha recordado también, como lo han hecho el resto de intervinientes, a la que fuera presidenta de la Diputación de Cáceres, Charo Cordero, por su compromiso con la memoria democrática y su empeño por llevar a cabo la reparación del daño y por la justicia. En su recuerdo, Antonio Luis Suárez y Míriam Cantero han interpretado la pieza titulada “Capitana valerosa”.

El presidente de la diputación no ha podido ocultar su emoción: “Uno que está acostumbrado a hablar en público con frecuencia, en el día de hoy es complicado porque no es un acto más para mí, es un compromiso, es vivir un momento en el que he pensado mucho tiempo y, además, de la mano de una mujer que es un referente político, ético y moral en mi trayectoria, Conchita Viera”. 

Conchita es una persona que me ha marcado y que me ha hecho ver la necesidad de darle una vuelta y de intentar ser mejor cada día; su templanza, su temperamento, su tranquilidad, la paz que irradia me ha hecho ver que es necesario acordarnos siempre y tener en la memoria permanentemente a aquellos que, de manera injusta, no pudieron acompañarnos. Qué menos que una institución pública, con dinero público, invierta en recuperar la memoria, la verdad, la justicia y la reparación, qué menos que dar a los familiares la posibilidad de que encuentren a sus seres queridos y que puedan reposar en la normalidad, como cualquier ciudadano. Nunca jamás debemos olvidar a la víctimas”.

En este sentido, el presidente ha reiterado “la satisfacción de invertir un dinero para resarcir el dolor y el silencio impuesto durante hace tanto tiempo y, además, hacerlo desde la paz, desde la tranquilidad, desde la concordia, desde no reprochar a nadie pero sí buscar la justicia, la verdad y la reparación”.

Ha recordado que, desde la diputación se está trabajando ahora en la mina La Paloma, en Zarza la Mayor, “y no descansaremos hasta encontrar los restos de esas personas que también fueron arrojadas a la oscuridad por la sinrazón del fascismo y la dictadura”.

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